Es domingo por la noche, ya casi lunes, e invade mi mente el anhelo de incrementar mis ingresos. ¿Que haré? Me pregunto. Hace diez días que estoy enviando mi curriculum a diferentes partes y nada. Desde propuestas tan cercanas a mi perfil profesional hasta las que no lo están tanto, y nada. Ninguna respuesta.
Reviso a diario las paginas laborales, cuyas direcciones de antemano fueron agregadas a mis favoritos. Nada. Solo están esas ofertas para vendedores de telefonía, asesores crediticios y amas de casa; con lo que no podría lograr mi objetivo, incrementar mis ingresos. Por otro lado, existen las ofertas a las que no puedo acceder por no tener un papel que acredite lo que se que si sé. Y es que no me atrevo a mentir en hoja de vida ya que iría en contra de los principios que creo tener.
Mi consuelo es imaginar una llamada realizada por alguien que se haya sentido atraído por el contenido de mi historial laboral, y que me cite para una entrevista en la que podamos llegar a un buen acuerdo para ambos. Aún, es más, ensayo en mi mente las preguntas y el dialogo de una entrevista ficticia en la que respondo con audacia y buen criterio la preguntas de mi evaluador.
Con todo, creo que aun no he caído en la desesperación, ya que como adelante, el propósito es incrementar ingresos, ya que actualmente cuento con el privilegio, de pocos, de tener un puesto de trabajo con un ingreso modesto, pero no mínimo.
No desesperado, pero si anheloso; debido a la responsabilidad familia que ahora tengo y el deseo de darles lo mejor, a quienes quiero demostrar mi amor satisfaciendo sus necesidades.
No soy mas que un joven padre que inicia un lunes por la madrugada escribiendo sus pensamientos y sabiendo que mas tarde seguirá con la búsqueda de lo anhelado. El incremento de mis ingresos.
